
ATPTour.com repasa los momentos destacados en la historia del Club de lo No. 1 ATP…
La irrupción de Jim Courier en la cima del PIF ATP Rankings el 10 de febrero de 1992 estuvo sustentada en gran medida por sus dos títulos de Grand Slam y otros dos ATP Masters 1000. Pero no fue hasta que conquistó su primer Abierto de Australia y le secundó una final más en el ATP Tour en San Francisco, cuando selló su ascenso a lo más alto.
El intenso estilo de juego de Courier se distinguía por dos grandes puntos fuertes: su impecable condición física y su poderosa derecha. Se apoyaba en su gran derecha cada vez que podía, cubriéndose el lado del revés. Su gran juego desde la línea de fondo, además de su espíritu de lucha, fueron las claves de su asalto al No. 1 del mundo.
El estadounidense se convirtió en el primer hombre en completar el doblete Indian Wells-Miami en 1991 (Sunshine Double), lo que le sirvió para adentrarse en el Top 10. Ingresó en el Top 5, después de su primer título de Grand Slam en Roland Garros —una actuación en la que derrotó al entonces No. 1 del mundo Stefan Edberg en cuartos de final y a Andre Agassi en una final a cinco sets— y más tarde cerró la temporada alcanzando la final en el US Open y en el ATP World Championships (ahora Nitto ATP Finals).
En la temporada 1992 empezó como No. 2 del mundo. Y Courier derrotó de nuevo a Edberg para ganar el Abierto de Australia y acercarse más que nunca a lo alto de la clasificación. Tras una racha de 11 victorias seguidas en San Francisco, el americano se convirtió en el décimo No. 1 de la historia del PIF ATP Rankings.
“Tienes que ser extraordinario para ser excepcional. No podía disfrutar de ser No. 1, tenía que llegar a cero”, señaló Courier sobre su mentalidad en lo más alto de este deporte. “Cuando mi condición física estaba en su momento álgido, intimidaba. Hacía que el contrario cediera. Se quedaban exhaustos en el vestuario, después de los partidos y yo salía a correr, como si no hubiese tenido suficiente. Se lo restregaba en la cara”.
Courier llegó a la final de Bruselas en su primer torneo como No. 1, pero cedió en una maratoniana final a cinco sets frente a Boris Becker, que había sido No. 1 en 1991. El estadounidense pasó seis semanas en la cima en su primer período y cedió dos veces la posición a Edberg antes de acabar la temporada 1992 en lo alto del PIF ATP Rankings. Además de la primera de las dos coronas consecutivas en el Abierto de Australia, ese año su palmarés estuvo compuesto por los títulos de Tokio, Hong Kong, Roma y Roland Garros.